Ayer llegó a mis manos los consejos que a continuación os voy a poner, cuando los leí lo primero que pensé es que esto debía de compartirlo, es algo que debemos reflexionar y que seguro nos ayudará muchísimo en nuestra vida, pero claro hay que ponerlos en práctica.
Como María Robinson dijo una vez: «Nadie puede volver atrás e
iniciar un nuevo comienzo, pero cualquiera puede comenzar hoy mismo y
hacer un nuevo final».
No hay verdad mayor que ésta pero, antes de
que comiences este proceso de transformación, debes dejar de hacer
las cosas que han estado impidiéndote avanzar.
Aquí te dejo unas ideas para ir empezando:
1. Deja de pasar tiempo con la gente equivocada.
La vida es demasiado corta como para pasarla con la gente que te
succiona la felicidad. Si alguien te quiere en su vida te hará un
hueco, pero tú no tendrías porqué forcejear por ello. Así que,
nunca le insistas a alguien que continuamente te está subestimando.
Y recuerda, tus verdaderos amigos no son los que están a tu lado
cuando mejor te van las cosas, sino aquellos que permanecen contigo
cuando estás en tu peor momento.
2. Deja de huir de tus problemas.
Afróntalos.
No, no será fácil. No hay ni una sola persona en el mundo capaz de
encajar a la perfección cada golpe que le da la vida. No estamos
programados para solucionar los problemas al instante. Simplemente,
no somos así. Es más, estamos hechos para enfadarnos,
entristecernos, herir, tropezar y caer. Pues esa es la finalidad de
la vida: afrontar los problemas, aprender, adaptarnos y solucionarlos
con el paso del tiempo. Eso es lo que, en última instancia, nos
convierte en lo que somos.
3. Deja de engañarte a ti mismo.
Puedes
engañar a cualquier persona del mundo, pero no a ti mismo. Nuestras
vidas solo mejoran cuando corremos riesgos y el primer y más difícil
riesgo que podemos correr es empezar a ser honestos con nosotros
mismos.
4. Deja de poner tus propias necesidades en último lugar.
Lo más doloroso de todo es perderte en el proceso de amar
demasiado a otros, tanto como para olvidarte de que tú también eres
especial. Sí, ayuda a los demás, pero ayúdate a ti mismo también.
Si hay un momento para perseguir tu pasión y hacer algo que sea
importante para ti, ese momento es ahora.
5. Deja de intentar ser alguien que no eres.
Uno de los mayores desafíos de la vida es ser uno mismo en un mundo
que intenta convertirte en otra persona. Siempre habrá alguien más
guapo que tú, más inteligente que tú o más joven que tú pero
ellos nunca serán tú. No cambies para que los demás te acepten. Sé
tú mismo, y las personas adecuadas querrán a tu «yo» auténtico.
6. Deja de vivir en el pasado.
No puedes
iniciar un nuevo capítulo en tu vida si permaneces anclado releyendo
el anterior.
7. Deja de asustarte por cometer errores.
Hacer algo y equivocarse es por lo menos diez veces más productivo
que no hacer nada. Todos los éxitos esconden tras de sí una lista
de errores y, cada nuevo error, te conduce al éxito. Al final, te
arrepentirás más de las cosas que NO hiciste que de las que sí
hiciste.
8. Deja de regañarte por los errores que cometiste.
Podemos amar a la persona equivocada y llorar por lo malo que nos
ha ocurrido, pero no importa cómo de mal nos haya ido porque una
cosa es segura: los errores nos ayudan a dar con las personas y las
cosas que nos convienen. Todos cometemos errores, tenemos problemas e
incluso lamentamos sucesos de nuestro pasado. Pero tú no eres tus
errores, ni tus problemas y AHORA es cuando tú estás aquí, con la
posibilidad de modelar tu día y tu futuro. Todas y cada una de las
cosas que suceden en tu vida te preparan para un momento que aún
está por llegar.
9. Deja de intentar comprar la felicidad.
Muchas de las cosas que deseamos son caras. Pero lo cierto es que las
cosas que verdaderamente nos satisfacen son completamente gratis: el
amor, reírse y trabajar en lo que nos apasiona.
10. Deja de buscar la felicidad exclusivamente en los
demás.
Si no estás a gusto contigo mismo, tampoco
serás feliz en una relación a largo plazo con otra persona. En
primer lugar, tienes que crear la estabilidad en tu propia vida antes
de poder compartirlo con alguien más.
11. Deja la pereza.
No pienses demasiado
porque, si no, generarás un problema que ni siquiera estaba ahí.
Analiza las situaciones y pasa a la acción. No puedes cambiar
aquello a lo que te resistes a afrontar. Progresar implica riesgo.
¡Punto! No puedes llegar a la segunda base si todavía tienes un pie
en la primera.
12. Deja de pensar que no estás listo.
Nadie
se siente nunca listo al 100% cuando se presenta una oportunidad. Y
es que la mayoría de las grandes oportunidades de la vida nos
obligan a salir de nuestra zona de confort, lo que significa que no
nos sentiremos completamente cómodos al principio.
13. Deja de implicarte en relaciones por motivos
equivocados.
Las relaciones deben escogerse sabiamente.
Más vale estar solo que mal acompañado. No hay ninguna necesidad de
precipitarse. Si algo tiene que ser, será: en el momento adecuado,
con la persona adecuada y por el motivo adecuado. Enamórate cuando
estés listo, no porque te sientas solo.
14. Deja de rechazar nuevas relaciones solo porque las
anteriores no funcionaron.
En la vida te darás cuenta
de que conoces a las personas por un motivo. Algunas te probarán,
otras te usarán y otras te enseñarán. Pero lo más importante,
algunas sacarán lo mejor que hay en ti.
15. Deja de competir con los demás.
No te
preocupes de lo que otros hacen mejor que tú. Concéntrate en batir
tus propios records día a día. El éxito es una batalla en la que
solo compites TÚ CONTIGO MISMO.
16. Deja de envidiar a los demás.
La envidia
es el arte de fijarse en las virtudes de los demás sin reparar en
las propias. Pregúntate esto: «¿Qué tengo yo que querrían los
demás?».
17. Deja de lamentarte y de compadecerte de ti mismo.
La vida nos plantea dificultades por una razón: para orientar
nuestro camino en la dirección más adecuada para cada uno de
nosotros. Puede que no lo veas o no lo entiendas del todo en el
momento en que las cosas ocurren, y puede que sea duro pero,
reflexiona sobre las dificultades que soportaste en el pasado;
comprobarás que, casualmente, te condujeron a un lugar, una persona,
estado de ánimo o situación mejores. Así que ¡sonríe! Deja que
todo el mundo sepa que hoy eres un poquito más fuerte que ayer, y lo
serás.
18. Deja los rencores.
No pases tu vida
albergando odio en tu corazón. Acabarás tú mismo haciéndote más
daño que las personas a las que odias. Perdonar no significa decir
«no importa aquello que me hiciste», sino «no pienso dejar que lo
que me hiciste acabe con mi felicidad para siempre». El perdón es
la respuesta… déjalo, encuentra la paz y ¡libérate! Y recuerda
que el perdón no se refiere solo a los demás sino también a ti
mismo. Si tienes que hacerlo, perdónate a ti mismo, pasa página y
trata de hacerlo mejor la próxima vez.
19. Deja de permitir que otros te rebajen a su nivel.
Niégate a bajar tu nivel para acomodarte al de aquellos que se
niegan a subir el suyo.
20. Deja de perder el tiempo justificándote ante los
demás.
Tus amigos no lo necesitan y tus enemigos no lo
creerán, de todas formas. Simplemente, haz lo que tú consideres
correcto.
21. Deja de hacer lo mismo una y otra vez sin tomarte un
descanso.
El momento para darse un respiro es cuando no
tienes tiempo para ello. Si sigues haciendo lo que haces, seguirás
obteniendo lo que has obtenido hasta ahora. A veces es necesario
distanciarse para ver las cosas con claridad.
22. Deja de ignorar la belleza de los pequeños momentos.
Disfruta de las pequeñas cosas, porque un día mirarás atrás y
descubrirás que ésas fueron las grandes cosas. La mayor parte de tu
vida estará compuesta por los pequeños e innombrables momentos que
pasas sonriendo con la gente que te importa.
23. Deja de intentar que todo sea perfecto. –
El mundo real no recompensa a los perfeccionistas, sino a quienes
hacen las cosas.
24. Deja de seguir el camino del mínimo esfuerzo.
La vida no es fácil, sobre todo si tu objetivo es lograr algo
valioso. No tomes el camino fácil. Haz algo extraordinario.
25. Deja de actuar como si todo estuviese bien cuando en
realidad no lo está.
No pasa nada porque un día te
derrumbes. No tienes que fingir todo el tiempo que eres fuerte ni
tampoco hay necesidad de que demuestres constantemente que todo va
bien. Tampoco debería preocuparte lo que los demás piensen: si
necesitas llorar, hazlo; te vendrá bien desahogarte. Cuanto antes lo
hagas, antes volverás a sonreír.
26. Deja de culpar a los demás por tus problemas.
Las probabilidades de que alcances tus sueños dependen de
la medida en la que hayas asumido la responsabilidad de tu vida.
Cuando culpas a los demás de lo que te sucede estás negando tu
responsabilidad: le estás otorgando a los demás poder sobre parte
de tu vida.
27. Deja de intentar serlo todo para todos.
Simplemente, es imposible e intentarlo acabará quemándote. Pero
hacer sonreír a una persona PUEDE cambiar el mundo. A lo mejor no al
mundo entero, pero sí al de esa persona así que, limita tu foco.
28. Deja de preocuparte tanto.
El hecho de
que te preocupes no te quitará la carga mañana, pero si la
felicidad de hoy. Una forma de saber si merece la pena calentarse con
algo es preguntarse: «¿Importará esto dentro de un año? ¿de
tres? ¿de cinco?» Si la respuesta es que no, entonces no merece la
pena.
29. Deja de centrarte en lo que no quieres que ocurra.
Céntrate en lo que sí quieres que te suceda. El pensamiento
positivo es clave en todas las historias de grandes éxitos. Si te
despiertas cada mañana con la idea de que algo maravilloso va a
suceder en tu vida, y prestas mucha atención, a menudo descubrirás
que estabas en lo cierto.
30. Deja de ser desagradecido.
No importa lo
bien o mal que te vaya, levántate cada mañana dando gracias por
estar vivo. En algún lugar alguien está luchando desesperadamente
por los suyos. En lugar de pensar en lo que te falta, trata de pensar
en lo que sí tienes y que les falta a los demás.
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